En el parque nacional Hoge Veluwe
Al llegar al parque pagas una entrada de 7 euros y tienes derecho a usar las bicis del parque. Hay diversas estaciones de bicis a lo largo del recorrido, así que aparcas la que llevas y luego puedes coger otra.
El parque en sí es una donación de la familia Kröller-Müller al gobierno Holandés. Constituía una enorme parque para su uso personal, y de hecho, la casa donde vivian, diseñada por el arquitecto Berlage es visitable. Asímismo, su colección de arte también se puede visitar en el Museo que habilitaron para ello. Es la segunda colección de obras de Van Gogh más grande del mundo después de el Museo Van Gogh de Amsterdam, y además tiene obras de Picasso, Piet Mondriaan y muchos otros. En el exterior del museo está el jardín de las esculturas, con obras entre otros de Rodin o Moore.
Es muy agradable visitar el parque especialmente en los meses de calor, ya que ofrece una gran muestra no solo de bosque característico de Holanda, sino también de dunas móviles y brezo. En 55 kilómetros cuadrados es posible también ver animales como ciervos, aunque nosotros no tuvimos oportunidad de ver ninguno.
En definitiva, es una muy buena opción para pasar un día de vacaciones en la naturaleza y hacer deporte al mismo tiempo (recorrer de norte a sur el parque son unos 20 kilómetros). Y si para acabar, te pasas por uno de los sitios más famosos de Holanda para tomar pannenkoekens (especie de creps) a la salida del parque, mejor que mejor.
A ver si pongo algunas fotos pronto.